SANIDAD VEGETAL DEL SIGLO XXI. Por Custodio López Cruz

06.01.2021

Los métodos de protección de vegetal han ido evolucionando a lo largo de la historia de la agricultura. En la actualidad los ciudadanos muestran preocupación por la seguridad alimentaria y los impactos sobre el medio ambiente, lo que está obligando a un cambio en los enfoques y estrategias en Sanidad Vegetal. Aspectos como el Agroecosistema, Agtech y la figura del Asesor serán claves en los nuevos retos y oportunidades en la protección de cultivos. 

Introducción

Desde el inicio de la agricultura, los productores han tenido que contrarrestar los efectos que otros seres vivos han producido en sus cultivos para garantizar cosechas en cantidad y calidad. La protección de los cultivos ha estado encaminada a minimizar estos efectos, principalmente, de la competencia de otras plantas distintas al cultivo (arvenses), los efectos de los fitófagos (artrópodos) y de las enfermedades (nematodos, hongos, bacterias y virus).

Los métodos de protección de cultivos han ido evolucionando a lo largo de la historia de la agricultura. La utilización de las primeras sustancias químicas para la protección vegetal las podemos encontrar en referencias a Los Sumerios que en 2.500 AC ya utilizaban compuestos de azufre para controlar insectos y ácaros. La protección de cultivos anterior a la década de 1940 se realizaba mayoritariamente mediante prácticas culturales y mecánicas. Durante la última revolución agrícola (revolución verde) muchos aspectos de la producción vegetal fueron impulsados (mejora vegetal, ciencia agronómica, mecanización agrícola, nutrición de cultivos), en el caso de la sanidad vegetal se caracterizó por una gran desarrollo del control químico, con la utilización de mejores equipos y técnicas de aplicación, junto con el aumento de especialistas en la materia.

La gran demanda de la utilización de productos para la protección de las plantas (Plant Proteccion Product, PPP) ha ido acompañada por una creciente legislación, fundamentada en conseguir seguridad alimentaria y del medio ambiente, proporcionar alimentos en cantidad, calidad e inocuidad. El marco regulatorio es extenso y muy riguroso, pero podemos destacar estas tres normas en la Unión Europea:

- Reglamento 396/2005, que se refiere a los niveles máximos de residuos, proporciona un alto nivel de protección a los consumidores y facilita el funcionamiento del mercado interior.

- Directiva 2009/128/CE, relativa al uso sostenible de los fitosanitarios. El objetivo es reducir el impacto de los fitosanitarios en la salud humana y el medio ambiente, introduciendo la gestión integrada de plagas (GIP).

- Reglamento 1107/2009 se refiere a la comercialización de productos fitosanitarios. Garantiza que la industria demuestre que los productos comercializados no tienen ningún efecto nocivo sobre la salud humana o animal o ningún efecto inaceptable sobre el medio ambiente.

Desde una visión actual, sería fácil por mi parte realizar una crítica a la producción y protección vegetal pasada, que nos ha llevado a la situación de bienestar de que hoy disponemos en cuanto a disponibilidad de alimentos, pero debido a mi dedicación profesional y lo que he percibido directa o indirectamente de las posibilidades y medios de producción de unas generaciones atrás, no voy a caer en la tentación. Sí que intento ser consecuente con el conocimiento y las herramientas que nos están ofreciendo hoy en día la ciencia y tecnología. No debemos olvidar que el análisis retrospectivo que realizamos actualmente nos lo harán muy pronto una o dos generaciones futuras, mucho más exhaustivo debido a la mayor disponibilidad de conocimiento científico y tecnológico. Lo que se nos está exigiendo actualmente (producir más con menos) lo lleva realizando el sector de la protección de cultivos desde hace mucho tiempo: mantener la eficiencia con una reducción en la cantidad de producto que se tiene que aplicar (disminución del 95% en el periodo 1950-2000). Esto no ha sido fruto del aumento de la toxicidad, desde los años 50 a la actualidad se ha reducido la toxicidad media de los PPP en un 40% (1).

En la actualidad los ciudadanos muestran preocupación por la seguridad alimentaria y los impactos sobre el medio ambiente, lo que está obligando a plantear el cambio de status quo de la producción de alimentos en general y la protección de cultivos en particular. Esto va a llevar a nuevos enfoques y estrategias en la protección vegetal, junto a nuevas herramientas que van a prosperar. Algunos de los cambios sustanciales que considero que pueden tener mayor impacto son los que se abordan a continuación.

Agroecosistema: interacción en la biocenosis

Posiblemente uno de los enfoques que más está impactando y que más afectará en el futuro será reconocer la complejidad de los agroecosistemas y la biodiversidad como aliada en la protección de los cultivos. Pronto será extraño ver sistemas de gestión en los que todo lo que no sea cultivo sobra, y se buscarán sistemas de producción biodiversos en los que se mantengan equilibrios que sustenten la producción.

Dentro del agroecosistema el encuadre agroecológico está cobrando cada día más fuerza en la protección vegetal, destacando la visión holística de las relaciones entre los diferentes organismos que entran en juego en nuestra parcela/unidad productiva. El estudio y conocimiento de las relaciones intraespecíficas e interespecíficas está llevando al desarrollo de nuevas estrategias de control fitosanitario.

Fitófagos 

Relaciones interespecíficas (entre especies diferentes) 

De todos es conocido el control biológico de artrópodos utilizando otros artrópodos (control macrobiano). Esta estrategia es cada día más utilizada, y se hace especial hincapié para su utilización en los reglamentos de producción integrada. Un claro ejemplo de cómo está cambiado el control de fitófagos lo tenemos en Almería, donde a finales de los 80 todo el control fitosanitario de los cultivos hortícolas era exclusivamente con productos químicos. En la campaña 2019-2020, en cambio, casi el 100% de la superficie de producción de pimiento, el 60% de tomate y el 73% de berenjena se realiza utilizando control biológico.

Sin embargo existen otras muchas relaciones tróficas entre distintos organismos que afectan a los artrópodos fitófagos que se están utilizando en sanidad vegetal, los llamados insecticidas microbianos: nematodos, hongo, bacterias, y virus entomopatógenos, y algunos metabolitos generados por estos organismos.

Bacterias. Tal vez la más conocida y utilizada hasta la fecha sea la bacteria Bacillus thuringiensis, que se comercializa en forma de esporas y toxinas (cuerpo paraesporal comúnmente llamado cristal) que actúan por ingestión causando la muerte de determinadas larvas y orugas de diversos fitófagos.

Hongos. Los hongos representan los principales organismos descritos como causantes de enfermedades en los insectos. A diferencia de otros patógenos, los hongos usualmente infectan los insectos mediante penetración activa. Agostino Bassi en 1835 marca el inicio de la patología de insectos como ciencia (estudio una infección natural en el gusano de la seda por el hongo Beauveria bassiana). Hoy en día Beauveria bassiana se utiliza como suspensión de conidias de diversas cepas de este hongo que son capaces de parasitar a fitófagos muy diferentes.

Nematodos. Los nematodos entomopatógenos son organismos que miden menos de 1 mm, por lo general se encuentran en el suelo, donde pueden infectar insectos. Precisamente el ser habitantes naturales del suelo los convierte en una opción de control de insectos geófilos y geobiontes (aproximadamente el 80% de los insectos que causan plaga en agricultura son geobiontes o geófilos). Steinernema carpocapsae es un nematodo que se utiliza para controlar diversas larvas que viven en el suelo.

Relaciones interespecíficas (entre especies diferentes) 

Entre los mecanismos que rigen estas relaciones, es de destacar la ecología química de los fitófagos, relación mediante semioquímicos, señales químicas producidas por organismos que modifican el comportamiento de otros seres vivos. Estos compuestos lo podemos clasificar en los que son emitidos por una especie que actúan sobre una especie diferente al emisor, alelomonas, y los que actúan sobre la misma especie emisora, feromonas. Las feromonas permiten acciones de seguimiento de poblaciones de fitófagos así como estrategias de control

La relación entre miembros de la misma especie también se realiza mediante otros procesos. Recientemente estudios en biotremología han conseguido la disminución de apareamiento de Homalodisca vitripennis, vector de la conocida bacteria patógena Xylella fastidiosa (2).

Fitopatógenos

En la naturaleza las plantas viven en permanente interacción con microorganismos. El origen y desarrollo de las plantas superiores ha estado siempre en contacto con microorganismos, produciéndose una coevolución en un amplio rango de asociaciones plantas-microorganismos. Estos microorganismos pueden vivir en la cercanía y en contacto con las plantas, en la superficie (microflora filosférica), alrededor de las raíces (microflora rizosférica) o asociadas a estas (micorrizas), sobre las semillas (microflora espermoférica) o incluso en el interior de las plantas (microorganismos endofíticos).

Las interacciones de los microorganismos con las plantas pueden ser beneficiosa, neutra u originar enfermedades. Normalmente son varios los mecanismos antagonistas (capacidad de un organismo de inhibir el desarrollo de otro organismo de su comunidad) los que actúan ejerciendo un efecto positivo sobre el crecimiento y la salud de la planta.

Antibiosis, seguramente el mecanismo de antagonismo más estudiado entre microorganismos. Sustancias producidas por un organismo inhiben el crecimiento o reducen la actividad metabólica de otros organismos. Trichoderma sp es un conocido hongo del que se conocen multitud de especies presentes en numerosos hábitats, se ha comprobado que este hongo produce sustancias antibióticas que inhiben el crecimiento de numerosos hongos fitopatógenos. Otro ejemplo es la producción de antibióticos producidos por la bacteria Baillus subtilis que confiere control a determinados fitopatógenos.

La competencia por nutrientes, factores de crecimiento o espacio, es otro mecanismo mediante el cual los microorganismos pueden disminuir la presencia de fitopatógenos. Una mayor velocidad de crecimiento, o una mayor eficiencia en el uso de un determinado recurso, hace que no pueda ser utilizado por el fitopatógeno. Bacillus amyloliquesfaciens puede controlar el moho gris en uva (Botritis spp) por acción de competencia del espacio (colonización) y nutrientes.

Hiperparásito. Los antagonistas pueden actuar directamente sobre patógenos de las plantas. Numerosos microorganismos utilizan fitopatógenos como alimento. Ejemplos conocidos de hiperparásitos son Trichoderma y Gliocladium. Otro ejemplo son los hongos nematófogos que tienen capacidad de atacar, matar y digerir nematodos (larvas, juveniles y adultos).

Resistencia inducida. Los microorganismos pueden evitar el desarrollo de enfermedades de plantas actuando indirectamente al inducir resistencia de estas plantas. Existen rizobacterias capaces de inducir resistencia a la hoja del cultivo de pepino a la antracnosis ocasionada por el hongo Colletotrichum orbiculare.

Arvenses

Las plantas diferentes a los cultivos tienen unas funciones en los agroecosistemas que debemos tener presente: evitan la erosión, mejoran la estructura y estimulan la actividad biológica del suelo; son utilizadas como abonos verdes; dan biodiversidad albergando fauna beneficiosa y son base de la mejora fitogenética.

Las plantas tienen la capacidad de generar compuestos aleloquímicos, lo que puede provocar efectos beneficiosos o negativos sobre otros seres vivos. En este caso habría que destacar los efectos alelopáticos que producen unas plantas sobre otras: sobre la germinación de semillas, alteraciones hormonales, influencia en la respiración... Las propiedades alelopáticas pueden ser utilizas en los manejos de cultivos (rotación, asociación, biofumigación) para reducir la utilización de PPP. Posiblemente en un futuro se podrán utilizar la actividad alelopática de una arvense contra otras de mayor incidencia en los cultivos, por ejemplo en los cultivos leñosos de plantación en calles.

El control biológico de arvenses es conocido más por sus fracasos que por sus éxitos, debido seguramente a la falta de conocimiento de la complejidad de las interacciones de ambas especies en un biotopo concreto y por la falta de interés de la industria que los ha considerado poco atractivos. Micoherbicidas o inoculación de arvenses, normalmente en las primeras etapas de crecimiento de la maleza, provocan lesiones en la planta y evitan su desarrollo.

El aumento de la biodiversidad de los agroecosistemas y el mayor conocimiento de las relaciones de los organismos, junto con los factores abióticos serán clave para la sanidad vegetal del futuro. El manejo de los cultivos tendrá como objetivo establecer relaciones estables que permitan una actividad productiva rentable. Los organismos beneficiosos (que disminuyen las poblaciones de fitófagos, fitopatógenos y arvenses) existen en la naturaleza y puede ser seleccionados y multiplicados a concentraciones mayores en determinados momentos. También pueden ser potenciadas sus poblaciones mediante un adecuado manejo del cultivo teniendo como objetivos conseguir un control biológico de conservación. El aumento de materia orgánica en el suelo, por ejemplo, incrementa la biodiversidad microbiana y de ese modo dificulta el desarrollo de patógenos.

Un elemento clave para el aumento de soluciones microbianas (microbial control agent, MCA) comerciales como herramientas en el control fitosanitario es la adecuación de la normativa fitosanitaria en Europa. El actual reglamente EU 1107/2009, fue diseñado para PPP sintéticos, no es el enfoque más adecuado para la aprobación y utilización de MCAs. Los datos, ensayos y pruebas requeridos para evaluar un microorganismo serán muy diferentes a los requeridos para una sustancia química.

Otro punto que también tendrá recorrido en el marco de la sanidad vegetal en lo que implica la los posibles estreses abióticos y la susceptibilidad a organismos es la próxima aplicación del Reglamento UE 2019/1009 (fertilizantes) en el que se incluye la categoría de componente a los microorganimos (CMC7) y la categoría funcional de producto bioestimulante (PFC6).

Por último, no podía dejar de comentar en este apartado un aspecto que ha estado ligado a la agricultura desde sus orígenes y ha tenido un gran impacto en la sanidad vegetal: la mejora vegetal. La mejora vegetal siempre ha sido, es y seguirá siendo un elemento central en todos los sistemas de protección de cultivos. Siempre seleccionaremos aquellas variedades que se adapten mejor a las condiciones de cultivo (suelo, clima, sistema productivo) incluida la exposición a plagas y enfermedades.

Agtech: digitalización, big data y analítica avanzada, tratamientos automatizados

La aplicación de las tecnologías de la información modernas es una realidad, proporcionan, procesan y analizan datos de múltiples fuentes para una mejor toma de decisiones y operaciones en la gestión de protección de cultivos. Se espera que el desarrollo de estas tecnologías contribuya a reducir significativamente los riesgos asociados con la aplicación de PPP sintéticos, mejorando y optimizando el momento de aplicación y disminuyendo la superficie tratada.

Digitalización

La digitalización impactará en gran medida en las próximas décadas en la protección de cultivos. El registro de datos de forma digital ayudará a conocer mejor lo que ha pasado, está pasando y pasará en el agroecosistema. Son muchos los dispositivos que de forma automática (máquinas/hardware) o mediante la digitalización por personas nos proporcionan datos de la parte abiótica o biótica de nuestro sistema de cultivo. En la figura 1 podemos apreciar una clasificación de la adquisición de datos disponibles.

Esta adquisición de datos nos permitirá conocer mejor la influencia da la parte abiótica en relación a la protección de cultivos. La caracterización de zonas tiene influencia en las estrategias de sanidad vegetal al implementar: tipologías de suelos (contenido de materia orgánica, estructura, textura...), zonificación topográfica según altitud y orientación, datos agroclimáticos con la localización de zonas micro-climáticas. Sensores climáticos, LIDAR (Laser Imaging Detection and Ranging) y sensores conductividad eléctrica embarcados en vehículos con GPS nos permitirán caracterizar la variabilidad intraparcelaria.

Otro tipo de sensores nos permitirá conocer la parte biótica y su evolución en el agroecosistema, sensores radiométricos (RGB, multiespectral, hiperespectral y térmico) permiten mediante indicadores estimar el estado sanitario global, su evolución, así como zonificar las parcelas.

El control de arvenses puede que sea donde se ha utilizado la sensorización de forma exitosa en una época más temprana. Mediante sensores de infrarrojo o cámaras de visión permite diferenciar las plantas del suelo y realizar un tratamiento selectivo en postemergencia de la arvense.

Para el seguimiento de determinados fitófagos se están utilizando sensores que permiten realizar un conteo de insectos (atracción con feromonas) de manera remota y automatizada. Estos sensores usualmente están conectados a un datalogger que envía la información mediante comunicación inalámbrica.

En el seguimiento de fitopatógenos puede ser que la sensorística esté más rezagada, pero existen líneas de investigación y prototipado muy interesantes. Se trabaja en sistemas "olfativos" (artificial nose sytem) equipados con sensores que identifican compuestos volátiles desprendidos por las plantas enfermas (3).

Por ultimo comentar en este apartado, que los sensores de rendimiento son esenciales para evaluar las estrategias y actuaciones realizadas. La manera de cuantificar y comparar la eficacia de nuestro acierto o error en la protección de cultivos es tener información de mapas de rendimiento, algo que es bastante usual en cosechadoras de cultivos extensivos. En este ámbito se deberá avanzar en otros tipos de cultivos como los leñosos y hortícolas, para poder tener datos de rendimiento (cantidad y calidad) geolocalizados.

Big data y Analítica avanzada

Toda la disponibilidad de datos que le están llegando a los agricultores y gestores requiere un nuevo enfoque para su fácil uso y aprovechamiento. Dada la rapidez con la que está creciendo en la disponibilidad de datos digitales, nos podemos encontrar cada vez con más frecuencia con la situación de diluvio de datos (data deluge). La organización en dataset (entendido como conjunto de datos no gestionables por sistemas informáticos convencionales), data warehouse y date lake permitirá su explotación y análisis. En este escenario se hace necesario la colaboración con empresas especialistas en el impulso de la toma de decisiones basadas en datos. La simple estructuración y ordenación de las distintas fuentes de datos originados en los sistemas de cultivo puede ayudar a tomar mejores decisiones en el manejo fitosanitario.

El siglo XXI estará dominado por los algoritmos., entendiendo este no como un cálculo concreto, sino como el método que se realiza en diferentes fases o pasos para realizar cálculos, resolver problemas y, sobre todo, tomar mejores decisiones. Una de las grandes palancas que está moviendo el desarrollo de los algoritmos es la rama de las matemáticas que ha permitido tratar problemas complejos de la realidad: la estadística (movernos en términos de probabilidad).

La interacción sincrónica entre el hospedante, el patógeno y el ambiente gobierna el desarrollo de la enfermedad (fig.2). El triángulo epidémico alcanza otras dimensiones cuando incorporamos el manejo agronómico y las interacciones bióticas.

Mediante modelos matemáticos y estadísticos, podemos representar lo que sucede en los cultivos frente a distintos patógenos y en distintas condiciones ambientales. El ambiente (condiciones micro-climáticas) influye directamente en el desarrollo tanto del cultivo como de los patógenos y demás partes bióticas. Los algoritmos de simulación de crecimiento del cultivo nos permiten anticipar los estados fenológicos más susceptibles a determinados patógenos.

Existen cada vez más modelos que consideran cuándo existen las condiciones adecuadas para que se desarrolle un determinado fitopatógenos. Un ejemplo es ZWIPERO (4), uno de los modelos matemáticos más complejos publicados para mildiu. Este modelo basado en la climatología (temperatura, humedad relativa, humedad foliar y precipitación) determina el riesgo de la esporulación y la infección de Peronosporas detructor (mildiu) en Allium cepa (cebolla), calculando índices de esporangios producidos así como posibles infecciones.

Otro enfoque que se está incorporando en la detección de enfermedades en los cultivos es la utilización de índices radiométricos en combinación con técnicas avanzadas de análisis. Esto ocurre en un reciente estudio para el diagnóstico de plantas de olivo infectadas de Xylella fastidiosa, mediante datos de cámara hiperespectral y térmica combinado con analítica avanzada de los datos (5).

El futuro se presenta prometedor en relación a la adquisición de datos y su análisis para poder realizar una mejor gestión, a la vez que nos permitirá conocer mejor las interacciones que ocurren para poder anticiparnos y tomar medidas preventivas de menor coste económico y ambiental.

Tratamientos automatizados

Una parte muy importante en el control fitosanitario es realizar el tratamiento (ejecución) en el momento adecuado y de la manera correcta. La mejora en los equipos de tratamientos es constante, incorporando sustancialmente tecnología (GPS, telemetría, sistemas de tasa de aplicación variable...), permitiendo realizar unas aplicaciones fruto de análisis previo de datos o incorporando sistemas de computación en la periferia (edge), todo ello bajo el enfoque de la agricultura de precisión.

Asesor. Visión Holística

No tengo la menor duda de que el Ingeniero Agro va a desempeñar una labor fundamental sin la cual no evolucionará la sanidad vegetal, y son muchas las razones. Por muchas herramientas, tecnologías y acceso a datos que aportemos a cualquier persona ¿se diagnosticaría una enfermedad y se auto realizaría una cirugía? ¿Se diseñaría una casa y dirigiría la ejecución? La agronomía tiene una particularidad, producimos plantas que interaccionan con las partes abiótica y biótica del agroecosistema, lo que requiere de un conocimiento de estas relaciones y de las herramientas disponibles en cada momento para el manejo sanitario del cultivo.

Recientemente leía el libro "Big data: conceptos, tecnologías y aplicaciones" (6), me llamó bastante la atención, entre otras cosas, el enfoque respecto al área de conocimiento que debe tener un análisis big data, destacando tres bloques: matemático-estadístico, informático y del área propia al ámbito de aplicación (en el caso que nos ocupa la sanidad vegetal). Los tres ámbitos deben estar equilibrados, igual que los tres propulsores de un cohete que queremos enviar al espacio. Animo al lector a que realice una reflexión de lo que supondría un análisis big data sin la presencia de alguno de los tres ámbitos o que fuese desproporcional sobre los otros ¿despegaría el cohete? ¿Llegaría al destino? ¿Sería satisfactoria la misión?

Desde la entrada en vigor del RD1311/2012, del uso sostenible de productos fitosanitarios, se incorpora la figura del asesor como prescriptor en la gestión integrada de plagas (GIP). La visión desde la bota (relación directa con el campo), la bata (aspectos científico-técnicos) y la data (la interpretación y contextualización) le hará tener una labor destacada en los retos y oportunidades de los próximos años en la sanidad vegetal. La relación directa con el día a día y la problemática del campo le permitirá realizar nuevas preguntas mediante cuya resolución impactarán sustancialmente de la protección de cultivo. El conocimiento y actualización de aspectos científico-tecnológicos permitirá testar e implementar soluciones innovadoras. El manejo de datos de diferentes fuentes, situaciones y escenarios permitirá ampliar el conocimiento de los agroecosistemas así como evaluar las distintas situaciones en el manejo sanitario de los cultivos.

Conclusiones

Es difícil hacernos una idea de cómo será la protección de los cultivos en el futuro, debido principalmente a que dependerá en gran medida de los avances venideros en la ciencia y tecnología. La capacidad de innovar y descubrir ha sido constante a lo largo de la historia. Se nos plantea alimentar una población creciente con recursos finitos, lo conseguiremos aumentando nuestros conocimientos en la producción y protección de cultivos. La ciencia agrícola partió de la base de la producción, debemos seguir fomentando esa base pero, paralelamente, de una manera que impacte lo mínimo en el medio ambiente.

La legislación no debe quedar rezagada a la realidad productiva. Las normas de protección de cultivos deberán poder permitir enfoques y herramientas de cada momento. Actualmente ayudaría por ejemplo la aplicación fitosanitaria con medios biológicos con vehículos aéreos no tripulados o la adaptación de los requisitos para el registro fitosanitarios de MCAs.

Debemos evolucionar a sistemas productivos con mayor diversidad, comprender mejor las interacciones multitróficas para disminuir las intervenciones o hacerlas de manera que tengan menor repercusión. El desafío es cómo fomentar las interacciones positivas y, al mismo tiempo, reducir las negativas. Un sistema sostenible tiene que satisfacer los valores y las necesidades de la sociedad, mantener un sistema aceptable de producción a la vez que se mantiene la salud humana y ambiental.

En la evolución continua de la sanidad vegetal estamos en un momento de cambio en el que tendrá gran peso la utilización intensiva de las tecnologías digitales, la gestión de los datos y la agricultura de precisión.

Tenemos el reto en el sector de comunicar más y mejor. Existe una brecha cada día mayor entre el urbanita y la realidad del sector. Debemos informar al consumidor final de la profesionalidad y el rigor en la protección de cultivos, aquí la digitalización y los múltiples medios de comunicación con el consumidor deben ser aliados y permitirnos llevar "la mesa a la granja".

Hay que ser conscientes de la importancia que tiene un futuro inmediato tan cambiante. Todos debemos prepararnos para el impacto que tendrá en nuestro trabajo y, como profesionales, tenemos que empezar a considerar la necesidad de la formación continua, reciclarnos y reinventarnos en las nuevas habilidades que se demandan.

1. Phillips McDougall. Evolution of the Crop Protection Industry since 1960., november 2018.

2. Rodrigo Krugner and Shira D Gordon. Mating disruption of Homalodisca vitripennis (Germar) (Hemiptera: Cicadellidae) by playback of vibrational signals in vineyard trellis, 2018.

3. Antonio Cellin et al., Potential Applications and Limitations of Electronic Nose Devices for Plant Disease Diagnosis, 2017

4. S. Friedrich, G.M.E. Leinhos, and F.J. Lopmeier. Development of ZWIPERO, a model forescasting sporulation and infection periods of onion downy mildew based on meteorological data, 2003.

5. P. J. Zarco-Tejada, C. Camino, et al. Previsual symptoms of Xylella fastidiosa infection revealed in spectral plant-trait alterations, 2018.

6. David Ríos Insua; David Gómez-Ullate Oteiza. Big data: conceptos, tecnologías y aplicaciones, 2019.

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